Tanto en el ambiente laboral como en el ambiente familiar, muchas personas luchan por lograr la perfección en todo lo que hacen. Un labor loable, puesto que buscan dar lo mejor de sí mismas en todo momento, pero tal vez lo mejor no es buscar ser perfectos, pues los seres humanos no lo somos.

Los perfeccionistas luchan por alcanzar lo imposible. Los que buscan la excelencia disfrutan alcanzar altos estándares que sean alcanzables.

Los perfeccionistas valoran lo que hacen. Los que buscan la excelencia valoran lo que hacen y también lo que son.

Cuando un perfeccionista se encuentra con alguna dificultad, se abruma fácilmente y se rinde. Por otro lado, los que buscan la excelencia, experimentan desilusión temporal pero siguen adelante.

Los perfeccionistas pueden quedar devastados con un tropiezo, los que buscan la excelencia aprenden de él.

Los perfeccionistas quieren ser número 1, los que buscan la excelencia pueden vivir en paz sin ser el número 1, especialmente cuando saben que se esforzaron mucho por serlo.

Los perfeccionistas odian la crítica, los que buscan la excelencia ven la crítica como una manera de aprender.

Muchas veces se ha analizado la razón por la cual los hombres engañan a sus esposas, y muchas razones han salido a la luz, pero la que más resonancia parece tener es la del poder; el sentirse invencibles, superiores, etc. Pero realmente estamos conscientes de lo que queremos decir con eso? En realidad, detrás de los egos inflados lo que generalmente encontramos es una inseguridad aplastante.

Suena obvio decir que el engaño no es un fenómeno nuevo entre hombres o mujeres, pero todos hemos presenciado el desastre que puede acarrear para ambos lados. Hemos visto que muchas cosas se ponen en riesgo, no solamente la relación marital sino también una vida entera de metas logradas. Y todo a cambio de qué? sexo? amor? distracción? emoción?

La triste verdad es que los hombres que engañan a sus esposas están tratando de probar algo a sí mismos. A nadie más. Desafortunadamente, todos los demás terminan atrapados en la red de la desgracia. Hay que recordar que aquellos que dicen buscar amor, lo hacen porque se sienten débiles y su necesidad de atención es el resultado de haber sido invisibles ante otros.

Entonces, estos hombres se visten y van a trabajar cada día pretendiendo que son alguien que no son. No es una cuestión puramente de sexo en sí, sino más bien una cuestión de auto-desarrollo. No tienen control sobre el pequeño diablillo en sus cabezas que está tratando de convencerlos de que son adorados, respetados, admirados, aceptados, importantes, etc. 

Dicen que aman a las personas a las que han lastimado pero la verdad es que mucho más fuerte es el desprecio por aquello que tienen miedo de ser en realidad. Es un juego que juegan consigo mismos. Si pudiéramos verlos como realmente son, el enojo se transformaría en lástima. Esto tal vez ayudaría a las personas lastimadas a sanar la herida de mejor manera.

Redacción-

 Centro de Psicoterapia Bienestar

En todo matrimonio, es importante que las parejas sepan qué es aceptable y qué no lo es durante una pelea. A menudo la gente tiene diferentes tipos de límites de lo que encuentran es aceptable y lo que no, y esto puede llevar a una gran cantidad de ira y dolor si no se discute.

Los recién casados Emilio y Silvia habían tenido dificultades para resolver los conflictos. Cuando no estaban de acuerdo en algo, por lo general Silvia gritaba. Emilio se sentía ofendido por sus gritos, y por lo que tendía a enojarse con ella por levantar la voz. Pronto sus argumentos se convirtieron en ataques personales en lugar de permanecer en el tema y las cosas simplemente no se resolvieron.
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¿Le han hecho un daño que usted considera imperdonable? Cosas malas le suceden a buenas personas, mucho más a menudo de lo que debería. Por ejemplo, su esposa lo abandonó por su mejor amigo, su esposo narcisista y alcohólico la ha estado golpeando durante años, sus hijos se están volviendo en su contra gracias a la mala influencia de su vengativo esposo, su tío abusó sexualmente de usted cuando era niña.

Sabemos que el perdón es visto como una forma de liberarse del dolor y muchas tradiciones religiosas lo ven como liberador y hasta divino, además la aceptación puede poner al perdón en una mejor perspectiva y le permite a la persona concentrarse en el futuro y no en el pasado.

En esencia, perdonar puede sanar. Pero ¿no deberíamos tener derecho a decidir NO perdonar si no lo queremos?
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